sábado, 30 de julio de 2011

place du Tertre

  
AMANDA

 

MINERVA

 

ZAPATOS DE PIEL


ilustración y texto a cargo de p.strange
vida creada para Sra. Farnsworth


(El principio del fin)

Corría el año 1924; Los primeros Juegos Olímpicos se celebrarían en el mes de Mayo. Hacía frío, ese tipo de frío que se soporta bien, (con un buen abrigo y unos guantes de piel).
Minerva Farnsworth (el nombre seleccionado para su segunda vida parisina) se encuentra en su cafetería habitual del barrio de Montparnasse, completamente concentrada en su tercer capuccinno y sus labores de ganchillo.
Tras una tomentosa relación con el arquitecto redactor de la que habría sido su futura vivienda, se escapa a París, imaginándose ser Audrey Hepburn en Sabrina. Había conseguido el dinero suficiente alquilando sus propiedades inmobiliarias en Madrid para mudarse a un precioso ático con cubierta amansardada en “La Place du Tertre” del barrio de Montmartre.
Minerva pasaba los días entre varios capuccinnos, vueltas de ganchillo y su nueva afición, la lectura de “Sept Manifestes Dada”, (consiguió una copia en un “épater le bourgeois” clandestino). Aquel Tristan Tzara la tenía completamente absorta. Lo que más le gustaba era crear poemas dadaístas recortando palabras de “Le Figaro”:

“Le poumon de la gâchette;
secoue le coin. Poudre
la mort
sous le lit, briques
Reste, les nuages ​​et un peu de sang.”

Además, entre varios capuccinnos, vueltas de ganchillo y poemas dadaístas, planificaba la venganza de su antiguo amante y arquitecto redactor Emmanuel Frost, (su gélido apellido siempre le había producido escalofríos). Unos segundos antes de apurar el último sorbo de café y marcharse a comprar flores, apuntaba en su cuaderno con ribetes dorados una diferente forma de asesinar; Cuándo alcanzara la número 100, ejecutaría una de ellas escogida al azar.

(Quoi qu'il en soit, recommencez)

23 de Junio de 1954:

“Extraña aparición de huesos humanos durante la restauración de un antiguo edificio madrileño, (…). Junto a los restos emparedados en uno de los tabiques se halla una caja de latón en la que se encuentra un pedazo de papel con el número 68, y un antiguo recorte de una especie de periódico escolar dónde se observa a una muchacha pelirroja de unos 28 años, bajo la fotografía, se puede leer la siguiente leyenda; “Emmanuel Frost entregando a Amanda Delgado, estudiante de arquitectura, el primer premio de “Arquitectos del futuro” valorado en 150.000 pesetas”
Todavía recuerda lo fácil que fue volver a enamorar al maldito Frost y cumplir la muerte número 68; Las cosas se complicaron cuando el Arquitecto pidió perdón por todos sus actos pasados… Aún así, Amanda Delgado había desaparecido hace mucho tiempo.
Casi 30 años después, bajo la magnífica luz del rosetón norte de la Catedral de Notre Dame, Minerva Farnsworth mira con orgullo aquellos preciosos zapatos de piel marrón que todavía sigue usando y esboza una pérfida sonrisa de satisfacción mientras relee el artículo por última vez.
La venganza es un plato que se sirve frío; Y se come despacio.

domingo, 24 de julio de 2011

Rue buffon 7


Rue Buffon veronica algaba 1




Rue Buffon veronica algaba 2


Rue Buffon veronica algaba 3


ilustraciones a cargo de Verónica Algaba
texto a cargo de Anna Liebheart
vida creada para Marta Nh

Me levanto sabiendo que hoy s­­­e aprueba en el parlamento francés la reforma en contra de los lunes, años enteros sufriendo de camino al trabajo, temiendo el atasco, la lluvia y la puerta de entrada a un lugar con el que me costaba identificarme . Es curioso pensar que dentro de un tiempo habré inaugurado un nuevo vértigo, que nada tendrá que ver con el pánico que me producía el comienzo de semana. Y es que a partir de hoy, 24 de Julio de 2011 después del domingo vendrá un día en blanco que cualquier ciudadano podrá nombrar y gestionar según sus deseos. Pienso que al fin ha servido de algo manifestarse, luchar hasta conseguir una conquista que beneficie a todos, el agotamiento nos ha devuelto la fuerza, así que lo tengo decidido: en  este tiempo que por fin es mío voy a dedicarme a recuperar algo que nunca imaginé perder y es que por extraño que parezca, desde hace más de tres meses no tengo sombra. Todo  sucedió en el metro en un transbordo en Haussmann St Lazare, caminaba sumergida en mis pensamientos, recordando alguna frase del libro que acaba de leer, o pensando en la deliciosa cena que compartiría con Etienne aquella noche, despistada como iba sentí tropezar pero no caer. Recuerdo a un hombre ciego con la mano en alto, sujetando algo, impidiendo mi caída sin tocarme, sin verme en realidad. El tiempo pareció detenerse entre nosotros, incluso volverse más ligero, le vi respirar hondo y abrir la boca como quién bosteza con hambre de meses, me fijé en sus labios y en sus filas blanquísimas de dientes y fue entonces cuando lo vi masticar despacio, paladeando el sabor de algo nuevo que pareció causarle un inmenso placer. La gente a partir de ese momento comenzó a bailar, como si la música surgiera de mi piel y nadie pudiera resistirse a esa danza irracional y antigua, me incorporé y me deshice como pude de una mujer de 80 años haciendo demi-pliés que  me seguía de cerca, y al hacerlo busqué al ciego que  había comenzado a alejarse deprisa, mezclándose astutamente entre la gente. Desde ese día intento caminar bajando el sonido a mis pasos, evito la hora punta y los lugares concurridos, porque aunque los primeros días era inmensamente feliz una acaba cansada de tanto fox-trot y pasos de swing en el supermercado, en el cine, incluso mi amado Etienne empieza presentar síntomas si estamos a menos de cinco metros de distancia. No nos ha quedado más remedio que comenzar una relación a distancia, nos mandamos postales a la espera de que cualquier día logré dar con el maldito ciego que se merendó mi sombra. Mientras tanto la prensa internacional se hace eco del extraño fenómeno que se produce de forma intermitente en el distrito 5, los titulares anuncian sin parar: París es una fiesta!!! y entre dientes me digo: y yo su maldito altavoz…

viernes, 15 de julio de 2011

11 rue de Saint-Paul


nader

ilustración a cargo de Nader Sharaf
Texto a cargo de alles luge
vida creada para Thérese de Blainville
 
Ha llegado el verano pero el sol se retrasa: ha debido quedarse atascado entre árboles o quizás su madre no le deje salir de casa. No me importa porque tengo los suficientes pasos como para guarecerme de la quietud y el abatimiento sin una sola gota de protesta. La lluvia nunca es un obstáculo y para pasear solo hacen falta ganas de perderse, y tengo alacenas repletas de tantos tarros llenos de ilusiones que sé que nunca pasaré hambre. Me alimento con una dieta rica en besos a desconocidos y nunca miro la hora ni miro atrás después de cruzar la meta: siempre soy la primera y así nadie podrá nunca atraparme. Aparezco y desaparezco sin necesidad de trucos ni subterfugios: soy agua y aire, es mi naturaleza la que me pide vivir fuera de los sótanos y los alambres de las razones. Me cruzan puentes y me atraviesan manadas y a veces intentan contenerme con diques y presas que hago reventar a fuerza de canciones: soy un río y fluyo hasta el mar, incontenible e imparable. Pero a veces me detengo en meandros, sitios en los que me apetece solidificarme. Ahora vivo en el número 11 de la Rue Saint-Paul, pero es solo una dirección, unas coordenadas a partir de las cuales podré impulsarme hasta el resto del mundo, que sigue esperándome, como lo hace todavía el sol, ese sol que calentará caminos y me recitará siempre el mismo mensaje: bon voyage! , ahora en francés, mañana: en cualquiera de los idiomas imaginables.
Parto pero sin enquistarme en despedidas, sino fraguándome en nuevos recibimientos: aquellos que vendrán descubrirán una nueva persona en mí, más viva, más sabia, aún más fuerte.
Entonces descubrirás que solo los que vuelven pueden reconocer el camino a casa, porque los que no se mueven, esos nunca sabrán que ni siquiera los árboles son tan quietos como parecen: sus raíces bucean en las entrañas del mundo y sus ramas crecen en todas direcciones, buscando el cielo, arañando nubes, ansiando columpios en los que poder mecer a aquellos que son lo suficientemente valientes como para seguir jugando con la vida.

domingo, 10 de julio de 2011

Rue Gresnel 27

composicionparis2

++Rue Gresnel vs Rue  Fresnel  : a veces las calles cambian la G por la F…París a veces duda y nos sorprende…la magia del alfabeto no tiene límites ++

ilustración a cargo de Clara Morales
texto a cargo de Luisa Bernal
vida creada para Andrea G. Portoles

París es grande. Cuando me trasladé a la Rue Gresnel 27 no conocía a nadie en el vecindario pero al toparme con esta antigua mercería vacía empecé a imaginar mi pastelería aquí y no pude abandonar mi sueño.
Mi primer cliente fue Antoine, el frutero de la esquina que me alegra las mañanas proclamando que mis croissants son los mejores de todo París y bromeando con la vieja bicicleta que me lleva a todas parrtes.
Desde hace un mes, hemos establecido un sistema de trueque entre los dos: cada día, casi al amanecer, Antoine recoge su croissant recién sacado del horno, dos baguettes y "el pastel del día" para sus empleados. A cambio me trae una selección de frutas de temporada con las que prepararé el próximo "pastel del día" y con las que retomaré energía mientras remo en mi piragua por el Sena. Cuando llevo mandarinas, solo su aroma ya me hace retroceder en el tiempo: vuelvo a tener diez años y me dan ganas de girarme y comprobar si mi padre sigue ahí observando cómo aprendo, disfrutando de nuestra afición compartida...
A Antoine le encanta que le cuente estas historias que luego él adorna para hablar a sus clientes de la importancia de la fruta en nuestras vidas.
De vuelta a casa, me siento feliz de haber convertido en realidad mi vida soñada en París.

miércoles, 6 de julio de 2011

cerca del Musee D´Orsay

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ilustración y texto a cargo de Suz Sánchez

vida creada para Adrián Hernández

El día despierta despacio, sin prisa, abriendo los ojos tímidamente a la vez que lo hace el sol en el horizonte y ya puedo oler la mañana detrás de mis cortinas de rayas azules. El pequeño ático que he alquilado cerca del Musee D´Orsay huele a recién pintado, muebles estilo años 20 y cigarrillos. Mi sueño esta noche ha sido ligero, pausado, no me puedo creer que por fin este aquí. No ha sido un camino fácil, pero al fin, puedo decirme a mi mismo “que lo he conseguido”. Hoy me he propuesto tomármelo con calma y saborear el momento, al igual que una buena taza de café en la Place du Tertre. El sabor, profundo , tiene que ir deslizándose por mi garganta, y quedar anclado en ese baúl de recuerdos de mi mente. Lo siento lleno, pero justo a tiempo para guardar todos aquellos momentos que siempre me imagine mientras era apenas un chaval y leia historias de grandes nombres.
Llegare despacio. El sol, el olor del ambiente, los tilos en flor, en color de la urbe, todos me ayudaran a afrontar el día que me espera. Estoy sereno y preparado. Camino lentamente por la calle y me pellizco levemente el brazo. Se que están todos allí esperándome. Veo que mis pies se alejan, mi cabeza les sigue, y consciente del día, subo la escalinata de la parte trasera del auditorio principal, y oigo una voz familiar.
- Seigneur, bienvenue à le centre Georges Pompidou, leurs auditeurs attendent ....

sábado, 2 de julio de 2011

Rue de Seine

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fotografías a cargo de Carmen Grandal
texto a cargo de Ana Elorza
vida creada para Liz Granados

PRIMERA CARTA DESDE PARÍS
Mami, estoy feliz. ¿Sabes que ya he encontrado mi sitio en París? Sé que me vas a decir que me puedo quedar más tiempo en casa de la tía Lupe, pero si vieras el apartamento… es pequeñito y monísimo, y en pleno barrio latino, en la calle Rue de Seine. En el remite te escribo la dirección completa.
Me traslado a primeros de mes, y el primo Daniel me ayudará con la mudanza. No tengo muchas cosas, lo sabes, pero es un quinto sin ascensor y la bici y las cámaras pesan lo suyo. Te prometo que voy a usarlas todas, no te enfades por habérmelas traído, no puedo renunciar a ninguna. Esta ciudad tiene unos rincones y una luz tan especiales…
El curso de fotografía es genial; mejor aun de lo que imaginaba, y no es un problema que todavía no hable bien francés. Tengo una compañera mejicana que, cuando lo necesito, me ayuda con el idioma.
La tía Lupe me acompañó a buscar apartamento. Recorrimos varios distritos, pero en cuanto entramos en éste, nos encantó a las dos. Es acogedor, luminoso y la zona está llena de galerías de arte. ¿Qué más puedo pedir? La boca de metro está a dos calles, aunque sabes que siempre que el clima lo permita iré a la escuela en bici, como hasta ahora.
Sé lo que estás pensando y no debes preocuparte, también hay un mercado cerca y justo al lado del portal, una frutería. La tía Lupe le pidió al frutero que me tratara bien. Es innegable que la tía Lupe y tú sois hermanas. “Oh la là, Madame –le contestó sonriendo – no ve que soy el farmacéutico de la zona; no permitiré que a esta joven le falten vitaminas”.
El primo Daniel me dice que ahora parezco Amelié disfrutando de París, y me advierte que la ciudad también tiene su lado menos amable. ¿Qué le voy a hacer, si estoy en la ciudad de mis sueños y la vida parisina me sonríe?
Gracias, mami, por permitirme cumplir mi sueño, sólo a cambio de que lo aproveche, te llame cada semana y te escriba una carta al mes. En mi corazón, tú eres la torre Eifell más bella.
Besos,
Liz
Posdata: El mes que viene te cuento sobre mi gato Doisneau y lo romántico que es siempre pasear por las orillas del Sena.