ilustración y texto a cargo de Stefanya Fontecilla Chudoba
vida creada para María Fernández Tamargo
" Le printemps fleurit en rue Pierre Charron. Tandis que Paris dort encore, un bébé suit le dragon de ses rêves... "
Con los primeros rayos de sol, París reluce en su esencia.El alba abre las puertas a dulces olores que se mezclan entre si. Los croissants recién hechos acompañan la apertura del Café en rou Pierre Charron, 53. Mientras las sillas se amontonan aun vacías bajo los toldos.
Philippe, nervioso, corre de un lado a otro de la casa. Hoy tiene una reunión importante y no esta seguro de poder acompañar a su hija al colegio."¡Vamos Lilly!", grita desde la cocina. La pequeña arrastra su mochila con fatiga.
Luc, el bebé de la familia, duerme aun en su cuna, sus últimos sueños están llenos de aventuras donde revive todas las emociones del día anterior. Corre, corre, se dice a si mismo en el sueño. Desearía caminar como hace mamá y correr como esos niños que ha visto en el parque. Tal vez de esta manera conseguiría atrapar uno de los dragones que acompañan sus pensamientos, capturarlo, o al menos llegar a tocarlo. "¿Pero dónde se ha metido ahora este simpático dragón? " Luc abre los ojos, tras los barrotes ve el reflejo de la criatura en la ventana. Espérame, piensa el bebé, no me dejes. No, no llora, se desliza silencioso hasta la ventana, no sabe caminar pero gateando no hay quien lo pare.
El trafico cercano empieza a ahogar el canto de los pájaros, Phillippe acelera el paso, tendrá que saltarse su rutinaria parada en el café. Cuando pasando por delante, un ruido extraño lo bloquea, un segundo, algo cae desde el cielo, rebota contra el toldo, ¿vuela?, ¡no!, ¡es un niño!. Philippe abre los brazos al cielo, la luz lo ciega y el pequeño cae entre sus temblorosas manos. Una cigüeña muy despistada ha cogido el vuelo esta mañana, piensa Philippe, emocionado y aturdido entre el caos de la gente. Horas después todo es un simple recuerdo, la ciudad vuelve a su ritmo de vida. Será solo una noticia del periódico de mañana, de un nuevo café, de un nuevo sueño...
3 comentarios:
Muy bonita historia!!, oníricamente bonita!!
Será que, en París, son más habituales esos pequeños milagros...
ouu q lindo...
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