ilustración a cargo de Maria Elina
texto de Federico Calabuig
vida creada para Tuki Barranco
Pedalear bajo la lluvia de París es romántico y resbaladizo. Yo y mi bicicleta somos un solo ente, veloz y sin complejos, rompiendo el viento cuesta abajo por las calles de Montmartre. Ella tiene casi setenta años y varias reparaciones, yo bastantes menos y estoy sana como un roble. Huele a pan recién hecho y en la cesta unos cruasanes aún calientes brincan al ritmo que marcan los adoquines de la calzada. Mientras pedaleo resuena en mi cabeza la banda sonora de Amélie. Creo que hay pocas melodías que me emocionen más que ese pequeño vals de piano y acordeón. La lluvia geolpea con fuerza la capucha de mi trench rouge. Me gusta el rojo. Mi vida en parís es roja y verde, como en la película… debe ser un efecto secundario de vivir encima del Café des Deux Moulins y bajar a merendar cada dia crème brûlée. Aparco la bicicleta y paseo entre puestos de fruta y pescado. Las ostras se retuercen en un llanto ahogado bajo un toldo amarillo y las langostas mueven sus pinzas como si estuvieran tocando las castañuelas. Hundo mis dedos en un saco de lentejas y me acuerdo de mi abuela que me decía aquello de ‘si quieres las comes y si no las dejas’. Mientras paseo observo todos los rincones, cada callejón. No pierdo la esperanza de encontrar a mi Nino Quincampoix al girar alguna esquina. Veo un fotomatón, y pienso que es una señal. La casualidad de mi vida está por llegar. Lo sé… lo siento.
5 comentarios:
Que hermoso texto Federico!
besos
Me encanta la ilustracion!!! brrrr que frio :)
Gracias María!
A mi me fascina tu dibujo!
:D
mua!
estoy enamorada de esa ilustración... ¡que bonita!
y que hermoso texto.
Me encanta la ilustración. Un placer descubrie el trabajo de María.
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