domingo, 6 de marzo de 2011

La vida secreta en la Rue dauphine




Fotografías de Jesús Gachez
vida creada para Ester Borrego


París... ¡oh la la la!
La capital de la France, la ciudad de la luz, de la Seine y de la scene
La ville de la Tour Eiffel, de Notre Dame, des Champs-Elysées, del Arco de Triunfo y la Basílica del Sacré Cœur..
La ciudad que sedujo a Balzac, Zola, Cortázar y Apollinaire...
A la que cantaron Edith Piaf, Gilbert Bécaud y Charles Aznavour...
París... ¡oh la la la!
Me llamo Ester y acabo de llegar a París.
Busco casa en Saint-Germain-des-Prés y encuentro fantasmas en cada esquina
En la Rue Dauphine, Pierre Curie, me sube a lomos de un caballo, el mismo caballo que lo arrolló en 1906. La misma calle.
Hoy es otro tiempo. Son los años 60 y París bulle en las calles, te acoge en sus brazos, te hace sentir en casa desde que llegas.
No quiero filosofar sobre la nada pero busco un lugar en las nubes para vivir. Un lugar desde el que pueda ver los tejados de la ciudad, desde el que pueda ver, incluso, el horizonte perdido en las brumosas mañanas del invierno.
Desde mi ventana, tengo la ciudad a mis pies.
Las paredes son frágiles, debajo de un cuadro hay un pequeño orificio en la pared. Miro curiosa a través de él y sorprendo a Albert Camus, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y François Mauriac conspirando por la libertad.
¡Liberté, egalité, fraternité!. Todos somos libres, iguales y hermanos en París.
El pequeño orificio se abre como una puerta y yo cruzo al otro lado. Como la Alicia de Carroll a través del espejo.
Mañana volaré como Ícaro y me posaré sobre el Odeón para colarme en el teatro del absurdo.
O cruzaré la Seine para llegar a L’Olimpia y escuchar a Georges Brassens y Jacques Brel.
Nada es imposible en París. 
Ya no quedan amantes en los bancos de los parques de París, y sin embargo alguien grita desde el Pont Neuf: -¡Ne me quitte pas! Y yo espero con los pies colgando sobre lo que aún será, de mi, en esta ciudad.

8 comentarios:

Sra. Farnsworth dijo...

Me encantaría sobrevolar París, y poder ir saltando de cubierta en cubierta, observando sin sen observada las vidas ajenas!

Otra magnífica vida en París.

Mapi dijo...

una gran leccion cultural :)
unbesito

Anónimo dijo...

Las fotografías son increíbles.

María García dijo...

Me has dejado encantada con el blog, al igual que cuando visité Paris. Muy buenas sensaciones
http://arquitecturainteriorxxi.blogspot.com/

p.strange dijo...

Me gusta un montón la relación de las fotos con la historia.
Sería genial pensar que nada es imposible; En París, o en cualquier parte del mundo.

p.strange

PD:Tengo en común con Ester esa obsesión con las casas en las nubes; No sería capaz de vivir en una casa que no tuviera ventanas al exterior, y cuánto más alta mejor.(Mi obsesión llega hasta tal punto de querer la habitación más alta posible en los hoteles)

Ester Borrego Avilla dijo...

Muchas gracias! Me ha encantado!*

Anónimo dijo...

Fantásticas fotos e inquietante historia sin tiempo.
Carlos

Anónimo dijo...

Me encantan las fotos y su relación con el texto. Tienen la misma atmósfera y provocan sentimientos de desasosiego y también de deseos de ir a París y sumergirse en un paisaje atemporal e intelectual.
Saludos
Elena M.

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